Te empiezas a sentir inseguro y te preguntas dónde estarás en un año o dos, pero luego te asustas al darte cuenta que apenas sabes dónde estás ahora. Te empiezas a dar cuenta que hay un montón de cosas sobre ti mismo de las que no sabías y que quizás no te gusten. Te empiezas a dar cuenta que tu círculo de amigos es más pequeño que hace unos años atrás... Te das cuenta que cada vez es más difícil ver a tus amigos y coordinar horarios por diferentes cuestiones: trabajo, estudio, pareja, etc... y cada vez disfrutas más de esa cervecita que sirve como excusa para charlar un rato.Las multitudes ya no son "tan divertidas", hasta a veces te incomodan. Y extrañas la comodidad de la escuela, de los grupos, de socializar con la misma gente de forma constante. Pero te empiezas a dar cuenta que mientras algunos eran verdaderos otros no eran tan especiales después de todo. Te empiezas a dar cuenta que algunas personas son egoístas y que a lo mejor, esos amigos que creías cercanos no son exactamente las mejores personas que has conocido y que la gente con las que has perdido contacto resultan ser amigos de los más importantes para ti.Ríes con más ganas, pero lloras con menos lágrimas, y con más dolor. Te rompen el corazón y te preguntas cómo esa persona que amaste tanto te pudo hacer tanto mal. O quizás te acuestes por las noches y te preguntes por qué no puedes conocer a alguien lo suficientemente interesante como para querer conocerlo mejor.
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