Diario de unas chicas universitarias

Quizás era ella la que tenía un problema pero era algo común. Ella ya sabía que cada vez que intentaba confiar en alguien, a  la vuelta de la esquina, volvía , otra vez...  la desconfianza.La definía como una niebla espesa que la sujetaba con fuerza impidiendo que saliera. Se podía oír desde lejos como su corazón se rasgaba cada vez que la traicionaban. Pero a pesar de eso, día tras día, ella lo intentaba.  Intentaba salir de ahí de ese lugar, pero no podía seguía ahí encerrada mostrando su mejor sonrisa cuando podía porque había días que la curvatura de la felicidad no quería salir y ver la luz del día. 

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